sábado, 9 de enero de 2016

Jano, el Díos de los Umbrales

Antes de comenzar a desarrollar la temática propiamente dicha de esta entrada, quería realizar una breve explicación de porqué deje de escribir en este blog durante tanto tiempo.
Cuando comencé este proyecto, allá por el año 2013, tenía la necesidad, el impulso, de volcar todo aquello que había aprendido en mis años en la brujería,  en un blog al que pudiera tener acceso cualquier alma curiosa que anduviera pululando por la red en busca de información. Lo hice por diversas razones. En principio, y tal vez de una forma ciertamente egoísta, necesitaba de un espacio donde pudiera volcar mis ideas, mis prácticas, mis pensamientos, como manera de poder sacarlos de mi mente y poder verlos reflejados en otro lugar. Una manera si se quiere de poder analizarlos de una manera más objetiva, para contrastarlos y poder crecer interiormente. Además, desde muy chico me gusta escribir y siento cada tanto la necesidad de hacerlo y el blog ayudaba a satisfacer esta necesidad mía. Asimismo, la gigantesca información que hay sobre las ciencias ocultas, alguna muy buena y otra francamente falaz, hacían que quisiera aportar algo a todos los buscadores del conocimiento que hay por ahí, que desde mi humilde lugar, y con mis limitaciones ayudar a acercar el conocimiento sobre la magia y la brujería a todas las personas que lleven latente en su sangre el llamado del Señor Astado y la Diosa Luna.
En base a estas premisas es que en el año 2013 decidí arrancar el blog. Sin embargo, durante este último tiempo, las vicisitudes de la vida contemporánea, una vida que incluye una carrera universitaria, un trabajo bastante movidito, una militancia en el área social y de derechos humanos, y también una familia y amigos que requieren de mi tiempo, por no contar también con mi propia espiritualidad personal, esa que surge del interior del alma, esa que nos llama en las noches de luna llena para danzar junto a la Reina y al Maestro, todo eso hizo que dejara el blog (y a su respectiva página de Facebook) bastante descuidado.
A pesar de ello, he decidido retomar con el mismo, dado que creo que es una excelente manera de compartir información, pensamientos y principalmente experiencias con el resto de los niños ocultos que existen por la red. Creo que debemos aprovechar esta hermosa red de Aracne que es el internet para interconectarnos.
Y justamente en este nuevo comienzo es que he decidido consagrárselo a Jano, el dios romano de los principios y los finales. El dios al que se le consagraban todos los cambios de época, el señor de las puertas y los umbrales. Tal vez mi herencia italiana, tenga algo que ver con mi cercanía con este dios, por el que he sentido curiosidad desde que lo escuche mencionar en un capítulo de la serie Buffy, la Cazavampiros.
La leyenda de Janus nos remite a  dos orígenes diferentes para esta deidad. Los poetas romanos como Ovidio lo señalan como una de las deidades primordiales que surgió del Caos, y sus dos rostros vendrían a representar la dualidad presente en este desorden primitivo. De la unidad original, a la dualidad complementaria. También, el origen de Jano dentro de la antigua mitología romana, lo plantean como un ser humano que fue posteriormente divinizado. En esta versión, Jano seria el rey de Lacio, hijo de la bella Creusa y del dios Apolo,  quien habría acogido en su país al dios Saturno que había sido destronado por su hijo Júpiter (Zeus) y que lo había reducido a la condición de simple mortal. Además de la hospitalidad, Jano atribuyó a Saturno las tierras del Capitolio romano.
Para recompensarlo, el dios del tiempo le concedió la capacidad de conocer el pasado y el futuro, don simbolizado también por los dos rostros que miran hacia lados opuestos. Sin embargo, para el historiador griego Plutarco, las dos caras de Jano, simbolizarían que tras la intervención de Saturno, su reinado pasó de ser caótico a ser civilizado.
En Roma, el dios Jano (Janus) era el dios de la astronomía, la arquitectura y quien presidía los puentes y las puertas.
El también habría inventado el uso de los barcos para los largos viajes y no solamente para la pesca costera.
La leyenda dice que fue Saturno el que dio a Jano esta idea cuando llegó al Lacio por el mar. En tanto que primer rey mítico de Roma, los romanos le atribuían de una u otra manera todos los principios de la civilización desde la creación de leyes para la organización social, el comienzo de la cultura de la tierra hasta la invención de la moneda para facilitar los intercambios comerciales. Se han encontrado viejas monedas romanas en las cuales Jano está representado en una de faz de la moneda y un barco en la otra.
La legenda de Jano presenta múltiples variantes y a menudo se lo encuentra asociado con otros personajes.
Con la ninfa Camese habría engendrado varios hijos entre los cuales el dios Tiberino. Jano habría edificado una ciudad sobre la colina Janículo (Gianicolo) en la cual los etruscos habrían entrado en el mundo civilizado.


Igualmente se le atribuye el milagro de hacer surgir una fuente de agua caliente en el momento que los asaltantes (los sabinos) atacaban Roma. Estos se habrían dispensado espantados ante tal prodigio. Este acto de protección de la ciudad es la razón por la cual la puerta del templo de Jano siempre estaba abierta en tiempos de guerra y solamente se cerraba en tiempos de paz. Se pensaba que Jano podría de esta manera socorrer más fácilmente a los habitantes que si las puertas estuvieran cerradas.
Jano tiene una especial relación con el paso del tiempo, con la idea de que todo lo que comienza debe terminar, por eso también está ligado al eterno ciclo de Vida, Muerte y Renacimiento. En la Antigua Roma, su templo tenía doce altares, lo que lo relacionaba con el paso del año grecorromano, y puntualmente con los equinoccios, momento donde el día y la noche son iguales.

Su festividad es el 9 de Enero, aunque todo el mes le está consagrado. Sus colores son el blanco y el negro. Se lo conjura al principio del año, y cada vez que se quiera comenzar algo, así como para asuntos relacionados con dinero, leyes, cosechas, agricultura. Se le ofrenda incienso y vino puro. 

Oración a Jano

"Alfa y Omega, ¡OH, gran Dios!,

Tú lo diriges todo por encima.

Tú lo soportas todo por debajo.

Tú lo llenas todo desde dentro.

Tú tienes sitio sin ser tenido.

Tú cambias los tiempos sin ser cambiado.

Tú fijas lo que va errante sin ser fijado.

Tú lo has terminado todo a la vez.

Sobre el modelo de tu espíritu sublime"


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